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Los banquetes (お座敷)

El término ozashiki (お座敷) hace referencia tanto al banquete en el cual las geishas y las maiko o aprendices de geisha entretienen a sus clientes como a la habitación tradicional de tatami donde se realizan dichos banquetes.

El evento en sí suele llamarse ozashiki-asobi (literalmente, disfrutar del banquete) y suele durar entre hora y media y dos horas. El número de maikos y geishas que atienden varía según la reserva, ya que cuantas más geishas hay más caro es el evento, naturalmente. Por ello, es extremadamente raro que una persona sola disfrute del ozashiki, siendo lo habitual que se reúnan varios para dividir la factura entre todos.

 

 

Usualmente un ozashiki se realiza en una ochaya, es decir, en una casa de té tradicional, por lo que tradicionalmente los ozashiki han sido eventos muy privados: sólo los clientes conocidos por la okāsan (dueña de la casa de té) o recomendados por algún cliente ya conocido podían acudir a un ozashiki. Esto es lo que se llama ichigensan okotowari, es decir, que sólo se aceptan clientes conocidos. Por una razón bien simple: es la propietaria de la casa de té la que organiza todo el ozashiki y avanza el dinero necesario, también para entregarle el hanadai o sueldo a la geisha, ya que al cliente se le factura al finalizar el evento, lo cual requiere una relación de confianza. Pero también es cierto que el ichigensan okotowari tiene un punto de tradición, de intentar mantener el secretísimo y la privacidad de antaño, símbolo del propio hanamachi. Tanto en el pasado como en la actualidad, son los clientes los que reservan directamente el evento hablando con la okāsan y ésta a su vez reserva el número de geishas y/o maikos contratadas para la ocasión directamente a la okiya (casa de geishas), es decir, no se suele permitir reservar hablando directamente con una geisha o una maiko (a no ser que la geisha sea independiente y no pertenezca a ninguna okiya).

 

 

Cada banquete es diferente, pero normalmente el banquete comienza con el saludo oficial en la entrada de la sala por parte de maikos y geishas a los clientes que las esperan sentados en el suelo de tatami. Ellas les hacen una reverencia y a continuación, entra la okāsan dándoles la bienvenida y deseándoles que lo pasen bien, ofreciéndoles una copita de sake (se cree que el sake fomenta la comprensión mutua y la comunicación), mientras se van sirviendo las bebidas y algo de aperitivo. Es en esos momentos cuando los clientes comienzan a charlar con las maikos y geishas, ya que son ellas las que sirven la bebida a los clientes. Las maikos y geishas pueden beber si se les ofrece, pero generalmente nunca van a comer durante el banquete. Después del aperitivo, se sirve la comida, normalmente de estilo tradicional japonés, llamada tsumami. 

Mientras los clientes disfrutan de la cena, las geishas y las maikos bailan bailes tradicionales acompañadas de la música del shamisen (instrumento tradicional de tres cuerdas) tocado por una geisha jikata (es decir, una geisha que no baila).

Una vez los clientes han disfrutado de la comida y de los bailes, es la hora de los juegos, que suelen tener como finalidad conseguir que el cliente beba más y que la velada sea recordada con una sonrisa.

 

 

Actualmente, y en un intento de mantener la tradición viva, es posible disfrutar de un ozashiki sin tener ni siquiera recomendación.

La Fundación para la Promoción del Mérito Artístico Tradicional en Kioto se creó a propósito para abrir las puertas de los hanamachi a los turistas, tanto nacionales como extranjeros, y conseguir que el mundo de la flor y el sauce no muriera por falta de dinero y éxito. 

En toda la ciudad hay casas de té y casas de geishas que organizan banquetes teniendo al turista nacional y extranjero en mente.

 

 

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