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Danna

Se trata de un patrón de la geisha que subvenciona parte de su educación y que, en definitiva, se encarga de proporcionarle ayudas económicas a cambio de recibir especial atención por parte de ella. Es decir, asistir a un banquete con el danna es prioritario a si lo es con otra persona. El danna suele ser mayor que la geisha, y suelen ser hombres con un alto cargo en una empresa o jefes de ésta.

 Como las geishas no se pueden casarse al no disponer apenas de tiempo para dedicarse al matrimonio, podríamos decir que el danna es como un equivalente al esposo. Pero los servicios que proporcione la geisha empadronada dependerán del acuerdo al que han llegado ambos: puede haber relaciones sexuales por medio o no. Esto no quiere decir en absoluto que las geishas sean prostitutas, pues en principio ellas sólo ofrecen servicios relacionados con las artes. En caso contrario, no hablaríamos de geishas como tales, sino de prostitutas. En sus encuentros con el danna, la geisha deberá respetar aquello que le cuente, de forma que no salga del lugar en que se encuentren. De esta forma, la geisha prometerá guardar en silencio todo lo que ocurra entre ellos, al igual que toda la información que él le dé.

 

Los danna contactan con la okiya en caso de querer serlo de una geisha o maiko en concreto. Después de que las propietarias de la okiya discutan acerca de la capacidad económica del aspirante a danna para la financiación (ya que la okiya también obtiene parte del beneficio), deciden si es apto o no para serlo. En cuanto a la conformidad de la geisha ante el futuro danna, deberá hablar con su onesan para comunicarle su acuerdo o desacuerdo. En caso de estar en desacuerdo, la onesan hablará con la okasan, pero la geisha nunca hablará directamente con el aspirante a danna.

En caso de estar conforme, se llegará a un acuerdo verbal, y no se realizará ningún tipo de celebración. En caso de que el danna quiera dejar de serlo, se inicia el proceso llamado maku, en el cual negocia con la okasan acerca de la compensación económica que se dará a cambio (excepto en el caso de que deje de serlo por causas de crisis económica).

En caso de que sea la geisha la que quiera dejar de tener a dicho hombre como danna (el cual es un caso muy extraño), se inicia un proceso llamado hima-wo-morau, en el que no hay que pagar mazu.

 

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